Hoy tengo ganas de escribir sobre mis vivencias como espectador de partidos de baloncesto. Antes del mes de mayo pasado, nunca fui un "forofo" de este deporte, me costaba ver las jugadas que se producían y no me llamaba la atención. En cambio, en otros deportes sí había disfrutado, quizá porque de joven los jugué. La cosa no tendría la menor importancia si no fuera por que mi centro educativo es la cantera de uno de los mejores equipos que ha tenido España, "El Estudiantes". El nombre se lo da el propio alumnado del colegio y del instituto Ramiro de Maeztu.
Fue en mayo, cuando uno de mis mejores alumnos, Javier, insistió en que fuera a verles jugar una mañana de un sábado.
Accedí y gracias a dicho alumno disfruté del mejor partido de baloncesto que he vivido. El Estudiantes, compuesto por la mayoría de mis alumnos ganó de "paliza", como me puntualizaba Nico, otro de mis mejores alumnos. "Floté en el aire" viendo cómo se compenetraban los jugadores, cómo eran capaces de encontrar las mejores jugadas, tanto las personales como las de los otros compañeros. Ese día me enganché al baloncesto. Claro está, como mero espectador.
Aproveché y me fui a ver dos de los últimos partidos de la temporada pasada del equipo profesional, que se celebran en el estadio Arena de Madrid. Nunca antes había ido a ver un partido profesional y me emocionó ver la parafernalia que se monta alrededor de tal evento. Está claro que, no es lo mismo verlo en televisión que ir a verlo en vivo. Volví a disfrutar en ambas ocasiones, al final de ambos, ganó El Estudiantes. Yo tan feliz.
A comienzo de este curso, de nuevo fui animado a ver jugar a mis antiguos alumnos en un partido que se celebró a principios de octubre. En esta ocasión aunque comenzaron ganando, el equipo contrario consiguió rehacerse y ganar al Estudiantes. Lo pasé muy mal, ellos peor. Todo el sábado me sentí fatal por que merecieron ganar. Por la mañana, algunos padres me indicaron que volviese otro sábado a verles jugar. Se lo agradezco, pero creo que no debo, por varias razones que no vienen ahora al caso.
Esta temporada 2006-2007 he ido seis veces a ver al equipo profesional al estadio Arena, que se encuentra cerca de donde vivo. De ellas, cuatro veces ha ganado "El Estu" y dos ha perdido, la última hoy viernes. 
Cuando gana se sale muy contento del estadio, al contrario de cuando pierde. Pero he de reconocer que en los dos partidos que vi la temporada anterior y en los cinco de ésta, en que ganaron, siempre El Estudiantes ha ido por detrás del equipo contrario. En el último periodo de juego, siempre El Estudiantes se aproxima al contrincante en puntuación y "milagro milagrorum": "El Estu" remonta y gana. Nosotros tan contentos, claro. Pero tendremos que reconocer que no es justo ir ganando todo el partido y que al final te lo quiten. En cambio, en muchas ocasiones pasa lo lógico, si El Estudiantes ha ido por detrás, al final el partido está perdido, ya sea por un punto o dos, como sucedió hoy. Ellos juegan mejor y merecen ganar. Aunque lo pasemos mal, y las remontadas finales de nuestro equipo, nos pongan a todos excitados con la idea de ganar.
Personalmente, prefiero ir a ver los partidos que se desarrollan los martes por la tarde. Ya que hay menos gente y se puede disfrutar mejor del partido. Además, suelo coincidir con aficionados que ya nos sentamos por el mismo sitio y opinan como yo. 
Otro día expresaré mi opinión sobre: lo que pienso del club de forofos de "La Demencia", sin cuyo aliento a veces los partidos se volverían soporíferos en sus primeros periodos; o sobre los que van a ver un partido y en vez de verlo se dedican a molestar a todos los demás, y por tanto, ni ven ni dejar disfrutar a nadie. Eso es libertinaje, no libertad. Y la juventud muchas veces lo confunde.
Ricardo Fernández. Correo-e: ricardoprofe@gmail.com
